El pasado lunes subíamos al patio de primaria para recoger hojas de otoño cuando, de repente, escuchamos un rugido muy fuerte y encontramos un nido con 3 huevos enormes. Había opiniones de todo tipo: eran de dragón, dinosaurio, avestruz...
No sabíamos si era mejor idea dejarlos en el lugar en el que los habíamos encontrado o llevárnoslos a clase... Finalmente optamos por la segunda opción. ¡Hasta Juan Carlos quería saber que había pasado!
¡Qué emocionante! Pero al mismo tiempo no sabíamos cómo habían llegado los huevos al cole, ni de qué animal eran, ni qué teníamos que hacer con ellos... ¡Menudo lío!
Menos mal que a la mañana siguiente pudimos resolver las dudas. Recibimos una carta de los directores del Museo de Ciencias Naturales de Madrid...
Nos confirmaban que los huevos eran de dinosaurio (los últimos que quedaban desde hace millones de años), que habían desaparecido del museo y nos dieron unas indicaciones para cuidarlos: tocarlos suavemente, colocarlos en un lugar con luz, calorcito y construirles un nido con hojas, piedras y ramas secas. Por eso nos pusimos manos a la obra en el recreo.
En la carta también nos invitaban a visitar el museo, siempre y cuando aprendamos muchas cosas sobre los dinosaurios. Por eso será muy importante que desde casa nos ayudéis a investigar acerca de este tema. Ya os contarán las profes cómo podéis hacerlo.
Ahora solo queda esperar a que los huevos se rompan... ¡Ya os iremos contando!
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